La clave privada, empleada para firmar mensajes, debe estar exclusivamente bajo el poder del firmante, debe permanecer bajo el exclusivo control de su propietario. Esta característica permite que una firma digital identifique en forma unívoca al firmante. Para ello, dicha clave se guarda en un dispositivo seguro, en una tarjeta criptográfica, que no se puede duplicar y está protegida por un PIN.
Por su parte, la clave pública debe ser conocida por el resto de personas y es la que le posibilita al destinatario verificar quién es el autor del mensaje y la integridad de los datos enviados. Para ello, se incluye en un certificado digital, público y accesible. Este certificado avala que la clave contenida en él pertenece a la persona indicada en el mismo, esto es,le identifica indubitablemente.
Por su parte, la clave pública debe ser conocida por el resto de personas y es la que le posibilita al destinatario verificar quién es el autor del mensaje y la integridad de los datos enviados. Para ello, se incluye en un certificado digital, público y accesible. Este certificado avala que la clave contenida en él pertenece a la persona indicada en el mismo, esto es,le identifica indubitablemente.
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